Texto por Yuluka Kankurua
Hablar de la Buena Vida empieza con replantearnos todo aquello que consideramos bueno. Bueno es aquello que nos hace sentir bien, que genera bienestar alrededor y aporta para la construcción de ese nuevo estilo de vida en la Tierra que asegure la Vida Feliz.
Aunque es la búsqueda filosófica por excelencia, la felicidad se ha convertido en una idea a la que parece que todos aspiran pero solo uno pocos logran vivir. Estamos viviendo tiempos de cambio en el despertar de la conciencia, de eso depende que la Tierra, así como nosotros evolucionemos por el buen camino, el de la armonía, la alegría y el amor.
¿En dónde están las claves para hacer realidad este anhelo humano?
En primer lugar debemos entender que el pensa-cierto es el constructor de la realidad, la realidad es flexible, cambiante y reflejo de nuestros pensa-ciertos. Las ideas con las cuales construimos esta realidad han sido instaladas en nuestra mente producto de nuestra interacción con otros, la familia, la escuela, los amigos, los medios masivos han ido aportando a través del lenguaje a esta construcción. Ahora, eso que hemos aprendido, nos está sirviendo en este momento para ser felices?. Cómo nos sentimos ante la vida? La vemos con optimismo y nos alegramos de vivir la que vivimos?
La primera manera de cambiar el mundo es cambiar lo que pensamos acerca de él. Nuestro entorno se transforma con nuestros cambios, no esperando que otros lo hagan. Y esa es la primera conciencia de responsabilidad. De lo que yo pienso, de lo que yo siento y de lo que yo hago es de lo que tengo que hacerme responsable. Y así cada uno. Y dejar de pensar que puede cambiar a los demás o que los demás son responsables de mis senti-ciertos.
Lo que elegimos pensar es lo que se manifiesta, y esa es la misma energía que atrae para rodearse.
PENSAMOS: En nuestro camino espiritual hemos entendido que somos esencia divina de amor, eso es lo que somos: el amor y que eso que realmente somos es todos y todo. La energía toda es una sola conciencia que se expande, que se manifiesta para auto-reconocerse y en ese juego se manifiesta como vida en la tierra que busca hacer conciencia. Esta conciencia se vive cuando se está completa-siente en el presente. Aquí y Ahora.
Y si la vida es una eterna sucesión de momentos presentes, que a través de la construcción del lenguaje se manifiesta se expande a la idea del tiempo, del pasado, del futuro. Grandioso talento humano que permite recordar con delicia el cumpleaños más feliz, el primer beso, la alegría de ver un nacimiento de contemplar un atardecer, o el de imaginar un la casa de tus sueños, la textura de un elemento que estás diseñando, la forma en que queda servido un plato delicioso que estás preparando… pero ninguna de esas construcciones del pensa-cierto son reales. Real es tu respiración en este momento, tu cuerpo, dónde estás sentado, lo que puedes tocar, ver, oler, oir a tu alrededor, que en este momento es eso, pero YA es otra cosa diferente… en este transcurrir de conciencia se va viviendo. Ahora, por andar entre recuerdos y proyecciones imaginativas se nos va la vida. Así nos han enseñado llenándonos de tanta información, creencias, prejuicios y nos estamos perdiendo la diversión!!!
Pero bueno, ya que tenemos esas hermosas facultades del pensa-cierto que se manifiestan a través del lenguaje, pues entonces usemoslo bien. Bien, para el bienestar. Hagámonos responsables de nuestro bienestar. Vamos a liberar nuestros recuerdos dolorosos para que no nos aten al pasado y podamos vivir el presente en paz ¿Por qué, si puedo elegir entre todos mis recuerdos, decido volver una y otra vez a esos que cuando los pienso me hacen sentir mal? Esa es una de las acciones que nos alejan de la Buena Vida. Si esas ideas vienen y siguen ahí hay que liberarlas, hay que pararse en otro punto del evento que se recuerda y verlo de una manera diferente, agradecerlo porque si no hubiera sucedido no estaríamos aquí y ahora. Y lo estamos!
DECIMOS: Vamos a comprometernos en el uso de la palabra con intención amorosa. Si de lo que se da se recibe, está en la certeza de que un buen uso de la palabra, el respetarla, agradecerla nos generará relaciones buenas. Es a través de la palabra que nos comunicamos con otros y con nosotros mismos.. Dentro tenemos un diálogo interno que es importante aprender a reconocer. Qué nos decimos? Qué somos lindos? buenos? qué estamos haciendo las cosas bien? O estamos atentos al error para hacer énfasis en eso?
Eso es lo primero, pero acto seguido de verlo es transformarlo para mejor. En serio criticarr a otro es un acto destructivo para todos. El énfasis en las cosas que funcionan hace que todo fluya mejor, hace que podamos cambiar. La flexibilidad está en ceder. No es necesario que tengamos la razón!! Basta de confrontaciones por defender ideas que a lo mejor no son ni nuestras, por qué no ver el mundo un poco más holístico?
Las palabras tienen una vibración, son sonido que emitimos desde dentro, son el intermedio vibracional entre lo intangible y la materia. Influyen en nuestro campo electromagnético y en la conformación de nuestras moléculas. Existe una investigación muy hermosa del científico japonés Masaru Emoto en el que demuestra la influencia que tiene la palabra hablada sobre las moléculas de agua. Y si tenemos en cuenta que somos 75% de ese preciado líquido en nosotros mismos a qué conclusión podemos llegar? (buscar fotografías de las palabras)
Cada palabra que pronunciamos y escuchamos influye en la composición de nuestras moléculas!
Si sabemos esto, ¿qué palabras elegiremos para describir nuestra vida? ¿qué palabras usaremos para hablar de los demás? ¿con qué palabras describiremos los proceso de la tierra?
La palabra hay que mantenerla, los grandes cambios se dan con una acción comprometida, dirigida hacia un próposito definido. Una acción comprometida empieza por hacer lo que se dice que se va a hacer. Eso nos convierte en seres confiables, sumado al respeto por todos los seres vivientes, aceptándolos, asumiento los resultados de lo que sucede sin buscar culpables, actuar serenamente, agradecer lo que tenemos en la vida y adaptarnos con facilidad.
Todo es cuestión de hábitos, lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos son hábitos. Para cambiar en la vida lo que podemos hacer es reemplazar los que tenemos por unos mejores, pensar mejor, decir, mejor, actuar mejor. Logrando unificar coherentemente estos tres niveles encontramos el senti-cierto de la felicidad y nos acercamos al tiempo presente. Pensar una cosa, decir otra y hacer otra es el camino más corto para ser infelices.
HACEMOS: Actuar bien es cuestión de saber por qué hacemos lo que hacemos y asumir las consecuencias de esas acciones y sus resultados. Pensemos en las cosas que hacemos todos los días. Lo básico: respirar, alimentarnos, lo que llamamos trabajar que corresponde a la expresión creativa de nuestro potencial, descansar, interactuar con otros. Todas estas cosas pueden ser actuar bien si somos capaces de traerlas a la conciencia del presente. Hacer lo que estamos haciendo con amor o, con aceptación si en realidad no nos gustan, hasta que podamos encauzar nuestra vida para vivir haciendo lo que si nos gusta, es el ejercicio de transformar los hábitos. De construir hábitos más limpios, de corazón sintiendo que se está haciendo el bien, al propio cuerpo, a los demás y al planeta en el que tenemos la suerte de habitar.
La primera y más básica acción humana es la respiración, Es el acto que nos da y asegura la vida sobre la tierra, lo hacemos de forma inconsciente y es la mejor herramienta para estar en el presente. El aire entonces es nuestro más valioso elemento, un cuerpo humano puede durar pocos minutos sin él y luego deja de funcionar, no hay aire, no hay más latidos de corazón. Y qué estamos haciendo los humanos por cuidar el aire? Talamos los árboles, sacamos el petróleo del fondo de la tierra y lo quemamos para producir cosas mientras llenamos el aire de los residuos de estas industrias, usamos en exceso los vehículos automotores para transportar cosas solo por hacer crecer las ventas, las producciones y los mercados, producimos indecentes cantidades de plásticos para empacar cosas y usamos infinidad de químicos en nuestros alimentos, por qué si estamos destruyendo el aire sin el que no podríamos vivir? Y además hacemos eso mismo con el agua, con los animales con todo! ¿Por qué?
Actuemos con conciencia, elijamos lo mejor para el verdadero bienestar. Alimentarnos es la segunda más importante de las acciones humanas . Recuperamos la energía a través del alimento que consumimos. Y¿qué consumimos?
Siendo verdaderamente conscientes consumimos lo que cosechamos o intercambiamos de primera mano, pero dadas las condiciones de vida de la mayoría de los habitantes del planeta que nos hacinamos en ciudades , consumimos lo que conseguimos más accesible, lo que está cerca, lo que está más barato. Y las consecuencias de no pensar en eso son: Consumimos productos con huellas de carbono gigantescas, ajos de china, maíz norteamericano, vinos franceses, mantequilla de nueva zelanda.con esas acciones dejamos por fuera del mercado a los productores locales o a los orgánicos, descartamos los alimentos integrales y de temporada por comer productos hiper procesados y alterados para que puedan existir por fuera de sus temporadas y tiempos naturales… ¿qué estamos haciendo? .. ¿Cómo hacemos parte de esto?
Respondernos esto es una responsabilidad prioritaria, para poder con nuestros actos cambiar esta realidad, si es asì para nuestras acciones más básicas y simples… ¿cómo serán las respuestas pregúntandonos por acciones más complejas, como la elección de los recursos de entretenimiento o el trabajo? Como humanos tenemos que aprender a pensar para sentir mejor, en armonía con todo y con todos.
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